Ha sido un fin de semana de muchas procesiones en la ciudad. Procesiones sacramentales como la organizada en Picadueñas, el Sagrado Corazón de Jesús en Madre de Dios o la Virgen de la Palma llevada a cabo en la hermandad del Amor.
Entresacamos dos por ser excepcional una y por el sabor histórico de la otra. Por un lado el rosario vespertino organizado por los cofrades de la Oración en el Huerto con motivo de sus setenta y cinco años de vida.
Por otro lado, la de Minerva en la parroquia de San Miguel. Procesión sacramental que dejó, un año más, ese sabor a otros tiempos, siendo una de las más antiguas que se reconocen en la ciudad.
Dentro de quince días, saldrá la Pastora de San Dionisio y con ella, se cierra el ciclo de procesiones. De momento. Pasará el Carmen y llegaremos a septiembre, donde el calendario volverá de nuevo a fijar nuevas e importantes procesiones.